Actualizaciones Recientes
Categorías
  • "Nadie puede ver una puesta de sol mirando hacia el este."

    Leí esta frase y me tocó el alma.

    Cuántas veces insistimos en mirar en la dirección equivocada, aferrándonos a lo que ya no es, esperando respuestas donde no las hay o buscando luz en un lugar que hace rato quedó en sombras.

    La vida, como el sol, tiene sus ciclos, y para poder ver su belleza, necesitamos aprender a girar la mirada.

    Aceptar, soltar, reorientar el corazón; solo así nos regalamos la oportunidad de presenciar los colores más hermosos del alma, esos que solo aparecen cuando decidimos mirar donde de verdad hay luz.

    Hoy te invito a hacer una pausa y preguntarte:

    ¿Hacia dónde estás mirando?
    ¿Qué podrías ver si giraras un poco tu enfoque?

    A veces todo lo que necesitamos es cambiar de dirección. La puesta de sol sigue ahí solo espera que mires hacia el oeste.

    Dra. Suzanna Vallejo

    #Reflexión #CambioDeMirada #PuestaDeSol #DesarrolloPersonal #ConectaConTuFuerzaInterior
    "Nadie puede ver una puesta de sol mirando hacia el este." Leí esta frase y me tocó el alma. Cuántas veces insistimos en mirar en la dirección equivocada, aferrándonos a lo que ya no es, esperando respuestas donde no las hay o buscando luz en un lugar que hace rato quedó en sombras. La vida, como el sol, tiene sus ciclos, y para poder ver su belleza, necesitamos aprender a girar la mirada. Aceptar, soltar, reorientar el corazón; solo así nos regalamos la oportunidad de presenciar los colores más hermosos del alma, esos que solo aparecen cuando decidimos mirar donde de verdad hay luz. Hoy te invito a hacer una pausa y preguntarte: ¿Hacia dónde estás mirando? ¿Qué podrías ver si giraras un poco tu enfoque? A veces todo lo que necesitamos es cambiar de dirección. La puesta de sol sigue ahí solo espera que mires hacia el oeste. Dra. Suzanna Vallejo #Reflexión #CambioDeMirada #PuestaDeSol #DesarrolloPersonal #ConectaConTuFuerzaInterior
    0 Commentarios 0 Acciones 184 Views 0 Vista previa
  • La épica subida a Stone Mountain: sol, esfuerzo y buena compañía

    Fui a subir Stone Mountain acompañada de mi sobrino, que tiene solo 39 años menos que yo. Sí, una diferencia de generaciones que hizo la aventura mucho más entretenida.

    Para quienes no la conocen, Stone Mountain es la masa de granito expuesta más grande del mundo. Se eleva 251 metros sobre el terreno circundante y alcanza una altura total de 514 metros sobre el nivel del mar. Además, tiene el bajo relieve más grande del planeta tallado directamente en su cara norte. Así que no es solo una montaña, es una roca con historia.

    La subida no es cualquier paseo de domingo: su inclinación llega hasta los 30 grados en algunos tramos, lo que la convierte en una mezcla entre caminata y entrenamiento extremo de piernas. El grado de dificultad es medio a alto y mientras el promedio para subirla ronda la hora, nosotros lo hicimos en 38 minutos — como dos atletas con mucha determinación y poco amor por el confort.

    ¡El sol estaba increíble! Brillaba con tanta intensidad que parecía que el universo estaba tratando de freírnos vivos . Estaba implacable, de esos que hacen que uno mire al cielo con cara de “¿En serio?”

    Y claro, con ese calor sentir la ropa pegada al cuerpo no era precisamente lo más agradable. A pesar de lo incómodo, seguíamos riéndonos, animándonos y haciendo pausas estratégicas que, en realidad, eran excusas para recuperar el aliento sin admitirlo, (en realidad era yo la de las pausas 🤣🤣).

    Cuando ya creía que mis fuerzas se habían evaporado con el sol apareció una señora con más energía y con el ánimo de quien lleva música en los zapatos.

    Sin conocernos, me lanzó un “¡Ánimo, que ya casi estás arriba!” con una sonrisa que me dio el empujón final. A veces una frase sencilla en el momento justo es todo lo que se necesita.

    Al llegar a la cima sentí la satisfacción plena. Las piernas temblaban del esfuerzo y el alma se sentía ligera. Claramente teníamos razones para quejarnos: el calor, el cansancio, la ropa pegajosa. Pudimos habernos quedado ahí en lo incómodo, pero no lo hicimos.

    Y es que a la vida no hay que mirarla solo por las cuestas que presenta, sino por lo que te espera cuando llegas arriba, porque una vez que lográs subir, la bajada se vuelve más placentera. La vista desde lo alto, el orgullo de haberlo logrado y la risa compartida con alguien que quiere llegar contigo, hacen que todo valga la pena.
    La épica subida a Stone Mountain: sol, esfuerzo y buena compañía Fui a subir Stone Mountain acompañada de mi sobrino, que tiene solo 39 años menos que yo. Sí, una diferencia de generaciones que hizo la aventura mucho más entretenida. Para quienes no la conocen, Stone Mountain es la masa de granito expuesta más grande del mundo. Se eleva 251 metros sobre el terreno circundante y alcanza una altura total de 514 metros sobre el nivel del mar. Además, tiene el bajo relieve más grande del planeta tallado directamente en su cara norte. Así que no es solo una montaña, es una roca con historia. La subida no es cualquier paseo de domingo: su inclinación llega hasta los 30 grados en algunos tramos, lo que la convierte en una mezcla entre caminata y entrenamiento extremo de piernas. El grado de dificultad es medio a alto y mientras el promedio para subirla ronda la hora, nosotros lo hicimos en 38 minutos — como dos atletas con mucha determinación y poco amor por el confort. ¡El sol estaba increíble! Brillaba con tanta intensidad que parecía que el universo estaba tratando de freírnos vivos . Estaba implacable, de esos que hacen que uno mire al cielo con cara de “¿En serio?” Y claro, con ese calor sentir la ropa pegada al cuerpo no era precisamente lo más agradable. A pesar de lo incómodo, seguíamos riéndonos, animándonos y haciendo pausas estratégicas que, en realidad, eran excusas para recuperar el aliento sin admitirlo, (en realidad era yo la de las pausas 🤣🤣). Cuando ya creía que mis fuerzas se habían evaporado con el sol apareció una señora con más energía y con el ánimo de quien lleva música en los zapatos. Sin conocernos, me lanzó un “¡Ánimo, que ya casi estás arriba!” con una sonrisa que me dio el empujón final. A veces una frase sencilla en el momento justo es todo lo que se necesita. Al llegar a la cima sentí la satisfacción plena. Las piernas temblaban del esfuerzo y el alma se sentía ligera. Claramente teníamos razones para quejarnos: el calor, el cansancio, la ropa pegajosa. Pudimos habernos quedado ahí en lo incómodo, pero no lo hicimos. Y es que a la vida no hay que mirarla solo por las cuestas que presenta, sino por lo que te espera cuando llegas arriba, porque una vez que lográs subir, la bajada se vuelve más placentera. La vista desde lo alto, el orgullo de haberlo logrado y la risa compartida con alguien que quiere llegar contigo, hacen que todo valga la pena.
    Love
    1
    0 Commentarios 0 Acciones 155 Views 0 Vista previa
  • Tu actitud define tu destino

    Hola, qué alegría tener este espacio para compartir contigo. Hoy quiero hablarte de algo que parece pequeño, pero que lo cambia todo: la actitud.

    La actitud es esa manera en la que elegimos pararnos ante la vida, no es lo que nos pasa. Es cómo respondemos a lo que nos pasa y aunque no podamos controlar muchas de las circunstancias externas, siempre y repito, siempre tenemos el poder de decidir con qué actitud las enfrentamos.

    La actitud no se ve pero se siente, se nota cuando alguien llega con buena energía, con esperanza, con disposición. Y también se nota cuando alguien vive desde la queja, desde el enojo, desde la negatividad. La actitud es una vibración., es un mensaje que enviamos al mundo sin palabras y es un imán: atrae lo que proyectamos.

    ¿Sabés qué pasa cuando vivimos con una mala actitud?

    Todo se complica, todo pesa más, odo se ve más gris porque la actitud es un filtro: si el filtro está sucio, por más lindo que sea lo que tenés al frente, no vas a poder apreciarlo. Y lo más duro es que cuando nos instalamos en una actitud negativa, empezamos a tomar decisiones desde ahí y eso trae consecuencias: relaciones que se enfrían, oportunidades que se pierden, sueños que se apagan.

    Por el contrario, cuando elegimos una actitud de apertura, de gratitud, de confianza, algo mágico sucede. No es que la vida se vuelve perfecta, no., es que vos te volvés más fuerte, más claro, más creativo, más capaz.

    La actitud positiva no niega lo que duele, pero no se queda atrapada ahí, mira al frente., busca soluciones, encuentra motivos para agradecer y eso transforma.

    Yo sé que hay días difíciles, momentos donde parece que no hay salida, pero incluso ahí, incluso en medio del caos, la actitud puede ser tu ancla o tu impulso.

    ¿Te vas a hundir en el “por qué a mí”?
    ¿O vas a levantarte desde el “¿qué puedo hacer con esto?”?

    La elección es tuya.

    Y no se trata de sonreír todo el tiempo ni de negar lo que sentimos, se trata de saber que cada vez que elegimos cómo mirar una situación, también estamos decidiendo cómo vivirla y qué construir a partir de ella.

    Así que hoy te invito a revisar tu actitud, a hacerte una pregunta poderosa:

    ¿La actitud con la que vivo hoy me está acercando o alejando de la vida que quiero?

    Porque al final, no es la suerte, ni las circunstancias, ni las personas alrededor, es tu actitud la que abre caminos o los cierra.

    Elegí desde el amor, desde la esperanza, desde tu poder personal, porque cuando cambiás tu actitud, cambiás tu vida.

    Gracias por estar acá.

    Y no olvides: tu actitud, más que cualquier otra cosa, es lo que define tu historia.

    Misma situación, diferente actitud. Tú decides qué rostro mostrar al mundo

    Dra. Suzanna Vallejo-Feather

    Tu actitud define tu destino Hola, qué alegría tener este espacio para compartir contigo. Hoy quiero hablarte de algo que parece pequeño, pero que lo cambia todo: la actitud. La actitud es esa manera en la que elegimos pararnos ante la vida, no es lo que nos pasa. Es cómo respondemos a lo que nos pasa y aunque no podamos controlar muchas de las circunstancias externas, siempre y repito, siempre tenemos el poder de decidir con qué actitud las enfrentamos. La actitud no se ve pero se siente, se nota cuando alguien llega con buena energía, con esperanza, con disposición. Y también se nota cuando alguien vive desde la queja, desde el enojo, desde la negatividad. La actitud es una vibración., es un mensaje que enviamos al mundo sin palabras y es un imán: atrae lo que proyectamos. ¿Sabés qué pasa cuando vivimos con una mala actitud? Todo se complica, todo pesa más, odo se ve más gris porque la actitud es un filtro: si el filtro está sucio, por más lindo que sea lo que tenés al frente, no vas a poder apreciarlo. Y lo más duro es que cuando nos instalamos en una actitud negativa, empezamos a tomar decisiones desde ahí y eso trae consecuencias: relaciones que se enfrían, oportunidades que se pierden, sueños que se apagan. Por el contrario, cuando elegimos una actitud de apertura, de gratitud, de confianza, algo mágico sucede. No es que la vida se vuelve perfecta, no., es que vos te volvés más fuerte, más claro, más creativo, más capaz. La actitud positiva no niega lo que duele, pero no se queda atrapada ahí, mira al frente., busca soluciones, encuentra motivos para agradecer y eso transforma. Yo sé que hay días difíciles, momentos donde parece que no hay salida, pero incluso ahí, incluso en medio del caos, la actitud puede ser tu ancla o tu impulso. ¿Te vas a hundir en el “por qué a mí”? ¿O vas a levantarte desde el “¿qué puedo hacer con esto?”? La elección es tuya. Y no se trata de sonreír todo el tiempo ni de negar lo que sentimos, se trata de saber que cada vez que elegimos cómo mirar una situación, también estamos decidiendo cómo vivirla y qué construir a partir de ella. Así que hoy te invito a revisar tu actitud, a hacerte una pregunta poderosa: ¿La actitud con la que vivo hoy me está acercando o alejando de la vida que quiero? Porque al final, no es la suerte, ni las circunstancias, ni las personas alrededor, es tu actitud la que abre caminos o los cierra. Elegí desde el amor, desde la esperanza, desde tu poder personal, porque cuando cambiás tu actitud, cambiás tu vida. Gracias por estar acá. Y no olvides: tu actitud, más que cualquier otra cosa, es lo que define tu historia. Misma situación, diferente actitud. Tú decides qué rostro mostrar al mundo Dra. Suzanna Vallejo-Feather
    0 Commentarios 0 Acciones 142 Views 0 Vista previa
  • ¿Y SI TU CEREBRO ESTUVIERA SECUESTRADO Y NO TE DAS CUENTA?

    Hay algo que nadie te enseñó en la escuela, pero que ha gobernado muchas de tus decisiones, de tus silencios, de tus reacciones, incluso de tus enfermedades: EL MIEDO.
    Sí, ese miedo silencioso que se disfraza de “preocupación” de “estar preparado”, de “por si acaso”.

    Pero lo que no sabes, o quizás sí lo intuyes, es que cuando vives en un estado de alerta constante tu cerebro activa su sistema de emergencia como si estuvieras en peligro real aunque ese peligro solo exista en tu imaginación.

    El resultado: tu cerebro emocional (la amígdala) toma el control, te “secuestra” y apaga tu pensamiento racional, Dejas de elegir, reaccionas, te paralizas, te enojas, te saboteas y lo peor: no sabes por qué lo haces.

    Ese secuestro emocional es como una película repetida que ya conoces:

    Quieres decir algo, pero no puedes, vas a tomar una decisión, pero dudas, reaccionas como si tuvieras 10 años otra vez y luego te culpas, te juzgas, te agotas.

    AQUÍ ESTÁ LA CLAVE:

    No es tu culpa, es tu sistema nervioso, tu historia emocional, tu programación inconsciente.
    Y sí puedes liberarte de ese secuestro emocional si aprendes cómo hacerlo.

    En el próximo post (exclusivo para quienes están listos para ir más profundo), te enseñaré:

    ✔ Cómo identificar las trampas mentales que te mantienen en alerta.
    ✔ Por qué tu cuerpo habla antes que tu mente.

    ✔ Cómo comenzar a desactivar ese miedo inconsciente con técnicas prácticas de transformación emocional y mental.

    Porque no naciste para vivir en alerta. Naciste para vivir en paz.
    Haz click en el siguiente link:



    Muy pronto liberaré ese contenido especial. Si sentiste que esto es para ti, déjamelo saber en los comentarios.
    ¿Y SI TU CEREBRO ESTUVIERA SECUESTRADO Y NO TE DAS CUENTA? Hay algo que nadie te enseñó en la escuela, pero que ha gobernado muchas de tus decisiones, de tus silencios, de tus reacciones, incluso de tus enfermedades: EL MIEDO. Sí, ese miedo silencioso que se disfraza de “preocupación” de “estar preparado”, de “por si acaso”. Pero lo que no sabes, o quizás sí lo intuyes, es que cuando vives en un estado de alerta constante tu cerebro activa su sistema de emergencia como si estuvieras en peligro real aunque ese peligro solo exista en tu imaginación. El resultado: tu cerebro emocional (la amígdala) toma el control, te “secuestra” y apaga tu pensamiento racional, Dejas de elegir, reaccionas, te paralizas, te enojas, te saboteas y lo peor: no sabes por qué lo haces. Ese secuestro emocional es como una película repetida que ya conoces: Quieres decir algo, pero no puedes, vas a tomar una decisión, pero dudas, reaccionas como si tuvieras 10 años otra vez y luego te culpas, te juzgas, te agotas. AQUÍ ESTÁ LA CLAVE: No es tu culpa, es tu sistema nervioso, tu historia emocional, tu programación inconsciente. Y sí puedes liberarte de ese secuestro emocional si aprendes cómo hacerlo. En el próximo post (exclusivo para quienes están listos para ir más profundo), te enseñaré: ✔ Cómo identificar las trampas mentales que te mantienen en alerta. ✔ Por qué tu cuerpo habla antes que tu mente. ✔ Cómo comenzar a desactivar ese miedo inconsciente con técnicas prácticas de transformación emocional y mental. Porque no naciste para vivir en alerta. Naciste para vivir en paz. Haz click en el siguiente link: Muy pronto liberaré ese contenido especial. Si sentiste que esto es para ti, déjamelo saber en los comentarios.
    0 Commentarios 0 Acciones 503 Views 0 Vista previa
  • ¿ANSIEDAD, CANSANCIO, INSOMNIO? TU CEREBRO PODRÍA ESTAR EN MODO ALERTA

    Hay algo que deberíamos haber aprendido desde pequeños y que pocos descubrimos a tiempo: nuestras emociones están profundamente ligadas a nuestro cerebro y a la forma en que vivimos cada día.

    Las emociones no son buenas ni malas. Aunque a veces nos incomoden o deseemos evitarlas, todas tienen una función. Son señales que nos ayudan a adaptarnos: nos avisan de peligros, nos motivan a actuar o nos invitan a detenernos para mirar hacia adentro.

    El problema aparece cuando no sabemos gestionarlas. Cuando reprimimos lo que sentimos, exageramos nuestras reacciones o nos quedamos atrapados en estados como el miedo, la ansiedad o la tristeza. Entonces, en lugar de ayudarnos, las emociones se transforman en un obstáculo. Nos desgastan, nos desconectan y terminan afectando nuestra salud, nuestras relaciones y nuestra paz interior.

    ¿Y qué tiene que ver el cerebro en todo esto? Mucho.

    La amígdala, una pequeña estructura en nuestro cerebro emocional, es la encargada de alertarnos cuando hay un peligro. El problema es que no diferencia entre una amenaza real y una imaginaria. Puedes estar a salvo en tu casa y si tu mente está anticipando problemas, fracasos o rechazos, la amígdala se activa como si estuvieras en medio de un incendio.

    Ese “modo alerta” genera una cascada de respuestas: tu cuerpo libera cortisol, la hormona del estrés, que acelera el corazón, tensa los músculos y bloquea la claridad mental. Si este estado se mantiene en el tiempo (como ocurre cuando vivimos preocupados o angustiados) tu salud se ve afectada: el sueño se altera, el sistema inmune se debilita, te cuesta concentrarte y empiezas a sentirte agotado sin razón.

    Por eso es tan importante aprender a gestionar nuestras emociones y conocer cómo funciona nuestro cerebro. No para convertirnos en expertos sino para recuperar el poder de elegir cómo reaccionar y cómo vivir.

    Entender esta conexión entre emociones y cerebro es solo el primer paso.

    Si alguna vez has sentido que reaccionas sin querer, que pierdes el control o que el miedo se apodera de ti, no estás solo/a. Y sí, se puede aprender a cambiar.

    te invito a acceder al primer módulo referente a este tema en el que aprenderás a:


    Identificar cómo tus emociones y tu cerebro están conectados.
    Entender qué es el cortisol y su impacto real en tu bienestar físico y emocional.
    Detectar cuándo tu cerebro está en “modo alerta” y cómo bajarlo conscientemente.
    Dar los primeros pasos para no quedarte atrapado en emociones destructivas y recuperar tu claridad mental.

    Esta es la base para empezar a vivir desde la calma y el control, no desde el miedo ni la ansiedad.

    ¿Estás listo para transformar tu relación con tus emociones y tu cuerpo?
    Accede ahora al siguiente link:

    https://surmountcoaching.social/posts/111

    y comienza este viaje hacia una vida más tranquila, plena y consciente.


    Te invito a seguir leyendo esta serie y dar juntos ese paso hacia una vida más consciente y en paz.

    ¿Te animas?

    dra. Suzanna Vallejo
    ¿ANSIEDAD, CANSANCIO, INSOMNIO? TU CEREBRO PODRÍA ESTAR EN MODO ALERTA Hay algo que deberíamos haber aprendido desde pequeños y que pocos descubrimos a tiempo: nuestras emociones están profundamente ligadas a nuestro cerebro y a la forma en que vivimos cada día. Las emociones no son buenas ni malas. Aunque a veces nos incomoden o deseemos evitarlas, todas tienen una función. Son señales que nos ayudan a adaptarnos: nos avisan de peligros, nos motivan a actuar o nos invitan a detenernos para mirar hacia adentro. El problema aparece cuando no sabemos gestionarlas. Cuando reprimimos lo que sentimos, exageramos nuestras reacciones o nos quedamos atrapados en estados como el miedo, la ansiedad o la tristeza. Entonces, en lugar de ayudarnos, las emociones se transforman en un obstáculo. Nos desgastan, nos desconectan y terminan afectando nuestra salud, nuestras relaciones y nuestra paz interior. ¿Y qué tiene que ver el cerebro en todo esto? Mucho. La amígdala, una pequeña estructura en nuestro cerebro emocional, es la encargada de alertarnos cuando hay un peligro. El problema es que no diferencia entre una amenaza real y una imaginaria. Puedes estar a salvo en tu casa y si tu mente está anticipando problemas, fracasos o rechazos, la amígdala se activa como si estuvieras en medio de un incendio. Ese “modo alerta” genera una cascada de respuestas: tu cuerpo libera cortisol, la hormona del estrés, que acelera el corazón, tensa los músculos y bloquea la claridad mental. Si este estado se mantiene en el tiempo (como ocurre cuando vivimos preocupados o angustiados) tu salud se ve afectada: el sueño se altera, el sistema inmune se debilita, te cuesta concentrarte y empiezas a sentirte agotado sin razón. Por eso es tan importante aprender a gestionar nuestras emociones y conocer cómo funciona nuestro cerebro. No para convertirnos en expertos sino para recuperar el poder de elegir cómo reaccionar y cómo vivir. Entender esta conexión entre emociones y cerebro es solo el primer paso. Si alguna vez has sentido que reaccionas sin querer, que pierdes el control o que el miedo se apodera de ti, no estás solo/a. Y sí, se puede aprender a cambiar. te invito a acceder al primer módulo referente a este tema en el que aprenderás a: Identificar cómo tus emociones y tu cerebro están conectados. Entender qué es el cortisol y su impacto real en tu bienestar físico y emocional. Detectar cuándo tu cerebro está en “modo alerta” y cómo bajarlo conscientemente. Dar los primeros pasos para no quedarte atrapado en emociones destructivas y recuperar tu claridad mental. Esta es la base para empezar a vivir desde la calma y el control, no desde el miedo ni la ansiedad. ¿Estás listo para transformar tu relación con tus emociones y tu cuerpo? Accede ahora al siguiente link: https://surmountcoaching.social/posts/111 y comienza este viaje hacia una vida más tranquila, plena y consciente. Te invito a seguir leyendo esta serie y dar juntos ese paso hacia una vida más consciente y en paz. ¿Te animas? dra. Suzanna Vallejo
    0 Commentarios 0 Acciones 558 Views 0 Vista previa
  • PAID POST
    Cada emoción no expresada, cada carga no soltada, es como una piedra en el alma. A veces creemos que avanzar duele más que quedarnos donde estamos, hasta que descubrimos el poder de soltar. Hoy imagina que atraviesas esa puerta. Que dejas atrás lo que ya no necesitas y te permites fluir con la vida como el mar que no se detiene por ninguna roca. Soltar es un acto de amor propio. Es abrirse a la paz que mereces.
  • Crónicas de una huerta con complejo de telenovela
    Todo comenzó como una historia de amor: mi huerta y yo, felices, ilusionadas, produciendo zucchinis, pepinos y tomates como si no hubiera un mañana. El brócoli, más reservado, iba a su ritmo lento pero seguro (o eso pensaba yo).

    Entonces, llegó la lluvia. Tanta agua, que mis zucchinis más bien parecían submarinos: o se reventaban antes de tiempo o se caían pequeños sin haber probado la gloria de ser rellenos con queso. Las flores ni se abrían, los pétalos pegados como si les hubieran puesto superpegamento, y claro, sin flor abierta no hay polinización y sin polinización, funeral zucchini.

    Los tomates que hasta hace poco eran los galanes de la huerta, hoy están tan secos que parecen actores de novela después del drama. Ni hablar del brócoli. ¡Pobre! Está haciendo lo que puede, pero entre la lluvia, el calor y el abandono emocional, ya su flor parece más una protesta silenciosa.

    Sin embargo, los chiles. ¡Ah! Mis gloriosos chiles dulces y picantes, los reyes estoicos del huerto, ¡Mis héroes verdes en medio del apocalipsis vegetal! Ahí están, erguidos, vivos, frescos, desafiando al clima, al drama, a la tragedia. ¡Como si nada!

    Mientras tanto, yo arrancando las plantas de zucchinis como si fueran amores tóxicos, sembrando nuevas ilusiones que mueren antes de decir “hola”. Mis tomates nuevos no germinan ni por amenaza. Así que estoy haciendo semillero a la sombra, como quien cría hijos sensibles: con cuidado, paciencia y miedo al sol.

    Lo bueno es que cuidar mi huerta me encanta, lo malo es que el clima no coopera. Bueno, al menos los pepinos, con sus hojas secas y todo, siguen saliendo como si nada, eso sí, ya medio resignados. A este paso, voy a tener que ponerme a dieta obligada, al menos con un toque de chile dulce y picante, que eso sí hay.

    Y así va la vida en mi huerta: un día me da frutos, otro me da lecciones. Lo importante es que siempre me da algo, aunque sea risa entre lágrimas.


    #MiHuertaYYo, #HuertaDramática, #ZucchiniFail, #ChilesValientes,
    #BrocoliDeshidratado, #TomatesSecosPeroDignos, #PepinosResilientes, #HuertaConAltibajos, #AgricultoraDeCorazón, #HumorDeHuerta, #CosechaConDrama, #SembrandoEsperanzas,
    #EntreLluviasYSoles
    Crónicas de una huerta con complejo de telenovela Todo comenzó como una historia de amor: mi huerta y yo, felices, ilusionadas, produciendo zucchinis, pepinos y tomates como si no hubiera un mañana. El brócoli, más reservado, iba a su ritmo lento pero seguro (o eso pensaba yo). Entonces, llegó la lluvia. Tanta agua, que mis zucchinis más bien parecían submarinos: o se reventaban antes de tiempo o se caían pequeños sin haber probado la gloria de ser rellenos con queso. Las flores ni se abrían, los pétalos pegados como si les hubieran puesto superpegamento, y claro, sin flor abierta no hay polinización y sin polinización, funeral zucchini. Los tomates que hasta hace poco eran los galanes de la huerta, hoy están tan secos que parecen actores de novela después del drama. Ni hablar del brócoli. ¡Pobre! Está haciendo lo que puede, pero entre la lluvia, el calor y el abandono emocional, ya su flor parece más una protesta silenciosa. Sin embargo, los chiles. ¡Ah! Mis gloriosos chiles dulces y picantes, los reyes estoicos del huerto, ¡Mis héroes verdes en medio del apocalipsis vegetal! Ahí están, erguidos, vivos, frescos, desafiando al clima, al drama, a la tragedia. ¡Como si nada! Mientras tanto, yo arrancando las plantas de zucchinis como si fueran amores tóxicos, sembrando nuevas ilusiones que mueren antes de decir “hola”. Mis tomates nuevos no germinan ni por amenaza. Así que estoy haciendo semillero a la sombra, como quien cría hijos sensibles: con cuidado, paciencia y miedo al sol. Lo bueno es que cuidar mi huerta me encanta, lo malo es que el clima no coopera. Bueno, al menos los pepinos, con sus hojas secas y todo, siguen saliendo como si nada, eso sí, ya medio resignados. A este paso, voy a tener que ponerme a dieta obligada, al menos con un toque de chile dulce y picante, que eso sí hay. Y así va la vida en mi huerta: un día me da frutos, otro me da lecciones. Lo importante es que siempre me da algo, aunque sea risa entre lágrimas. #MiHuertaYYo, #HuertaDramática, #ZucchiniFail, #ChilesValientes, #BrocoliDeshidratado, #TomatesSecosPeroDignos, #PepinosResilientes, #HuertaConAltibajos, #AgricultoraDeCorazón, #HumorDeHuerta, #CosechaConDrama, #SembrandoEsperanzas, #EntreLluviasYSoles
    Love
    1
    0 Commentarios 0 Acciones 832 Views 0 Vista previa
  • PAID POST
    Aprende a ser feliz incluso en medio del dolor La felicidad no significa que todo esté bien afuera, significa que hay calma dentro de ti. Acompáñame a descubrir cómo, con la guía de Dios, la compasión hacia ti mismo/a y pasos conscientes, puedes recuperar tu paz incluso en los momentos más difíciles. Este es tu espacio para renacer. #FelicidadDesdeDentro, #SanarEsAvanzar, #FuerzaInterior, #VivirConSentido, #AceptoYSuelto, #CaminoDeSanación, #DiosEnMiCamino, #SoyMiPrioridad, #CrecimientoPersonal, #AmorPropioConsciente, #PazInterior, #SerFelizTambiénEsSentir, #TransformaTuVida, #FelicidadReal, #ConectaContigo
  • LA FELICIDAD NACE EN MI

    Todo empieza en mi

    A lo largo de mi vida he aprendido que la felicidad no me la da nadie. No depende de una persona, una meta, una experiencia ni del lugar donde esté, tampoco está en el pasado, ni en lo que sucedió o me faltó.

    La felicidad se crea dentro de mi, con lo que tengo hoy, con lo que elijo sentir, con lo que decido soltar o transformar.

    Claro que he caído muchas veces y, a veces, sin fuerzas, me he tenido que levantar y me levanto aunque levantarme signifique mirar de frente el dolor. Aunque duela atravesarlo, sé que es pasajero porque más allá del dolor está la paz.

    Una felicidad real, libre, profunda, esa que nace cuando me abrazo con compasión y sigo adelante, paso a paso.

    Si no la tengo, la busco y cuando me conozco, sé dónde encontrarla, o mejor dicho, sé cómo crearla pues soy yo quien elige cada día escribir historias de amor, no de terror. Las historias oscuras mueren cuando me atrevo a contar nuevas desde el amor, la gratitud y la verdad.

    Hoy sé que si mis pensamientos, mis emociones y mis acciones están alineados, el resultado no puede ser otro que paz. No importa lo que esté viviendo afuera, cuando dentro de mí hay claridad, hay amor, hay fuerza, nada me quita esa plenitud.

    Y si alguna vez dudo, solo tengo que mirar alrededor. A veces basta con caminar por el bosque, respirar profundo, sentir la tierra, el viento, el silencio para recordarme lo inmensamente feliz que puedo ser con algo tan sencillo. Ya no se trata de tener, se trata de ser, se trata de agradecer.

    Y además, cuando vivo desde este lugar auténtico y en paz, atraigo a personas que quieren estar cerca de mí y crecer conmigo. Compartimos caminos, aprendizajes, abrazos sinceros y juntos hacemos que esta felicidad sea aún más grande. También atraigo situaciones y me es más fácil encontrar oportunidades.

    Hoy sé que la única responsable de mi vida soy yo, no hay culpables, no hay excusas, no hay salvadores. solo Dios y yo, en mi compromiso conmigo misma eligiendo construir una vida que se sienta bien por dentro.

    Y por eso, desde este lugar, soy inmensamente feliz, dichosa y profundamente agradecida con Dios.

    ¿Quieres ir más allá de entender la felicidad?

    En el próximo post te compartiré herramientas prácticas para crearla desde dentro, sin depender de nada ni nadie.

    Si estás listo/a para transformar tu vida, te espero ahí. Solo tienes que dar click en el siguiente link:

    https://surmountcoaching.social/posts/109

    Déjame un 💛 y no te pierdas esta oportunidad.

    Dra. Suzanna Vallejo
    LA FELICIDAD NACE EN MI Todo empieza en mi A lo largo de mi vida he aprendido que la felicidad no me la da nadie. No depende de una persona, una meta, una experiencia ni del lugar donde esté, tampoco está en el pasado, ni en lo que sucedió o me faltó. La felicidad se crea dentro de mi, con lo que tengo hoy, con lo que elijo sentir, con lo que decido soltar o transformar. Claro que he caído muchas veces y, a veces, sin fuerzas, me he tenido que levantar y me levanto aunque levantarme signifique mirar de frente el dolor. Aunque duela atravesarlo, sé que es pasajero porque más allá del dolor está la paz. Una felicidad real, libre, profunda, esa que nace cuando me abrazo con compasión y sigo adelante, paso a paso. Si no la tengo, la busco y cuando me conozco, sé dónde encontrarla, o mejor dicho, sé cómo crearla pues soy yo quien elige cada día escribir historias de amor, no de terror. Las historias oscuras mueren cuando me atrevo a contar nuevas desde el amor, la gratitud y la verdad. Hoy sé que si mis pensamientos, mis emociones y mis acciones están alineados, el resultado no puede ser otro que paz. No importa lo que esté viviendo afuera, cuando dentro de mí hay claridad, hay amor, hay fuerza, nada me quita esa plenitud. Y si alguna vez dudo, solo tengo que mirar alrededor. A veces basta con caminar por el bosque, respirar profundo, sentir la tierra, el viento, el silencio para recordarme lo inmensamente feliz que puedo ser con algo tan sencillo. Ya no se trata de tener, se trata de ser, se trata de agradecer. Y además, cuando vivo desde este lugar auténtico y en paz, atraigo a personas que quieren estar cerca de mí y crecer conmigo. Compartimos caminos, aprendizajes, abrazos sinceros y juntos hacemos que esta felicidad sea aún más grande. También atraigo situaciones y me es más fácil encontrar oportunidades. Hoy sé que la única responsable de mi vida soy yo, no hay culpables, no hay excusas, no hay salvadores. solo Dios y yo, en mi compromiso conmigo misma eligiendo construir una vida que se sienta bien por dentro. Y por eso, desde este lugar, soy inmensamente feliz, dichosa y profundamente agradecida con Dios. ¿Quieres ir más allá de entender la felicidad? En el próximo post te compartiré herramientas prácticas para crearla desde dentro, sin depender de nada ni nadie. Si estás listo/a para transformar tu vida, te espero ahí. Solo tienes que dar click en el siguiente link: https://surmountcoaching.social/posts/109 Déjame un 💛 y no te pierdas esta oportunidad. Dra. Suzanna Vallejo
    0 Commentarios 0 Acciones 839 Views 0 Vista previa
  • PAID POST
    Reconstruye tu Hogar Emocional: Del Dolor a la Paz Interior Más allá de las paredes que te rodean, existe un lugar donde vives a diario: tu mundo interno. ¿Te has preguntado qué emociones lo habitan? ¿Si realmente te sientes en paz allí? Este post es una guía práctica para ayudarte a identificar lo que cargas, soltar lo que ya no necesitas, y construir —paso a paso— un espacio emocional que te sostenga con amor, calma y autenticidad. Si alguna vez sentiste que el dolor emocional te desconecta de ti, si anhelas relaciones sanas y una vida más liviana, aquí comienza el viaje hacia tu sanación interior. Lee, siente, guarda y comparte. Este puede ser tu primer paso hacia un nuevo tú. #HogarEmocional #SanaciónInterior #ReconstrucciónEmocional #CoachingConSentido #PazInterior #CreenciasLimitantes #Autoconocimiento #TransformaciónPersonal #VivirEnArmonía #BienestarEmocional #ConectaContigo #CoachingConSusana
  • Descubre Cómo Cambiar Tu Hogar Emocional y Crear Paz Interior Duradera

    Imagina esto:

    Puedes tener la relación de tus sueños, buena salud, dinero en el banco y aun así, sentirte vacío, ansioso o triste.

    ¿Por qué? Porque todos tenemos un hogar emocional. No me refiero a una casa física, me refiero al lugar emocional al que regresamos una y otra vez, sin importar lo que esté pasando afuera.

    Muchas personas tienen un hogar emocional basado en el sufrimiento porque vivieron experiencias reales y muy dolorosas en su niñez: abuso, abandono, rechazo, humillación… experiencias que marcaron profundamente su identidad emocional.

    💔 ¿Cómo se llama ese “hogar emocional”?

    ➤ Abandono – Dolor – Idealización – Autoengaño

    Desde muy temprana edad, aprendieron que el amor duele, que ser visto, reconocido, muchas veces significa ser herido o ignorado. Vivieron experiencias muy dolorosas en su infancia, donde quienes deberían haberles protegido les lastimaron de distintas maneras., sufrieron abandono emocional y deslealtades profundas en su familia.

    Más adelante, en sus relaciones de pareja o con quienes confiaron, enfrentaron engaños y desilusiones que reforzaron la creencia de que el amor siempre viene acompañado de dolor y sacrificio.

    El dolor fue tan constante y persistente que se volvió familiar y lo familiar, aunque duela, se siente como hogar.

    Hoy, como adultos y adultas, creen que:
    Recibir migajas es amor, que quien les trata bien “debería” ser bueno, aunque les cause un sufrimiento profundo, que su entrega es la prueba más grande de amor, y que el dolor es el precio que deben pagar por ello.

    Y así como en ese hogar emocional se vive la ansiedad, la culpa, la tristeza o el miedo, muchas veces volvemos ahí… porque nuestro cerebro ama lo que conoce, no lo que es mejor para nosotros.

    Y sí: puedes tener paz en tu entorno y guerra por dentro a la vez, como si caminaras bajo el sol con un paraguas abierto solo porque te acostumbraste a esperar la tormenta.

    Entonces, te pregunto:

    ¿Cuál es tu hogar emocional?
    ¿Es la gratitud?
    ¿La calma?
    ¿El entusiasmo?
    ¿O el enojo, la ansiedad, la tristeza, el miedo, la preocupación, inseguridad?

    La calidad de tu vida no depende solo de lo que vives, depende de cómo lo vives emocionalmente, una y otra vez.

    ¿Cómo cambiar eso?

    Si quieres descubrir cómo empezar a construir un nuevo hogar emocional, uno que te dé paz y alegría, y cómo entrenar tu mente y emociones para que dejen de dominarte esos patrones antiguos y dolorosos.

    Este contenido está disponible en mi post exclusivo. Allí te guío paso a paso para crear tu nueva historia emocional. Lo puedes leer en el siguiente link:

    https://surmountcoaching.social/posts/107

    ¿Estás listo o lista para empezar a escribir un destino distinto?






    Descubre Cómo Cambiar Tu Hogar Emocional y Crear Paz Interior Duradera Imagina esto: Puedes tener la relación de tus sueños, buena salud, dinero en el banco y aun así, sentirte vacío, ansioso o triste. ¿Por qué? Porque todos tenemos un hogar emocional. No me refiero a una casa física, me refiero al lugar emocional al que regresamos una y otra vez, sin importar lo que esté pasando afuera. Muchas personas tienen un hogar emocional basado en el sufrimiento porque vivieron experiencias reales y muy dolorosas en su niñez: abuso, abandono, rechazo, humillación… experiencias que marcaron profundamente su identidad emocional. 💔 ¿Cómo se llama ese “hogar emocional”? ➤ Abandono – Dolor – Idealización – Autoengaño Desde muy temprana edad, aprendieron que el amor duele, que ser visto, reconocido, muchas veces significa ser herido o ignorado. Vivieron experiencias muy dolorosas en su infancia, donde quienes deberían haberles protegido les lastimaron de distintas maneras., sufrieron abandono emocional y deslealtades profundas en su familia. Más adelante, en sus relaciones de pareja o con quienes confiaron, enfrentaron engaños y desilusiones que reforzaron la creencia de que el amor siempre viene acompañado de dolor y sacrificio. El dolor fue tan constante y persistente que se volvió familiar y lo familiar, aunque duela, se siente como hogar. Hoy, como adultos y adultas, creen que: Recibir migajas es amor, que quien les trata bien “debería” ser bueno, aunque les cause un sufrimiento profundo, que su entrega es la prueba más grande de amor, y que el dolor es el precio que deben pagar por ello. Y así como en ese hogar emocional se vive la ansiedad, la culpa, la tristeza o el miedo, muchas veces volvemos ahí… porque nuestro cerebro ama lo que conoce, no lo que es mejor para nosotros. Y sí: puedes tener paz en tu entorno y guerra por dentro a la vez, como si caminaras bajo el sol con un paraguas abierto solo porque te acostumbraste a esperar la tormenta. Entonces, te pregunto: ¿Cuál es tu hogar emocional? ¿Es la gratitud? ¿La calma? ¿El entusiasmo? ¿O el enojo, la ansiedad, la tristeza, el miedo, la preocupación, inseguridad? La calidad de tu vida no depende solo de lo que vives, depende de cómo lo vives emocionalmente, una y otra vez. ¿Cómo cambiar eso? Si quieres descubrir cómo empezar a construir un nuevo hogar emocional, uno que te dé paz y alegría, y cómo entrenar tu mente y emociones para que dejen de dominarte esos patrones antiguos y dolorosos. Este contenido está disponible en mi post exclusivo. Allí te guío paso a paso para crear tu nueva historia emocional. Lo puedes leer en el siguiente link: https://surmountcoaching.social/posts/107 ¿Estás listo o lista para empezar a escribir un destino distinto?
    0 Commentarios 0 Acciones 855 Views 0 Vista previa
  • 🌷 ¿Si la vida se termina hoy?
    A veces vivís como si tuvieras la vida comprada, como si fuera seguro que mañana vas a estar aquí, como si tuvieras años por delante para decir lo que no dijiste, para abrazar a quien no abrazaste, para cuidar ese cuerpo que a veces descuidás, o para cumplir ese sueño que seguís posponiendo. Hoy quiero hablarte de la vida. No...
    Love
    1
    0 Commentarios 0 Acciones 2K Views 0 Vista previa
Quizás te interese…