¡Bienvenido/a! Soy cirujana dental de profesión, pero hace un tiempo decidí cambiar el rumbo de mi vida para convertirme en coach de vida. Mi verdadera pasión ahora es vivir haciendo lo que disfruto: el arte, el ejercicio y el contacto con la naturaleza. Me encanta pintar al óleo, capturando emociones y paisajes en cada lienzo, y he aprendido a cultivar mi propia huerta, lo que me conecta profundamente con el mundo natural.
Me encanta mantenerme activa, explorar nuevos proyectos y vivir rodeada de lo que me inspira. Ya sea pintando, haciendo ejercicio o disfrutando de la naturaleza, busco siempre equilibrar cuerpo, mente y alma en todo lo que hago.
Este espacio está dedicado a compartir mis aprendizajes, mis proyectos y mi visión de una vida plena y auténtica. Si buscas inspiración para conectar contigo mismo/a y con lo que te hace feliz, estás en el lugar adecuado.
Me encanta mantenerme activa, explorar nuevos proyectos y vivir rodeada de lo que me inspira. Ya sea pintando, haciendo ejercicio o disfrutando de la naturaleza, busco siempre equilibrar cuerpo, mente y alma en todo lo que hago.
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πΏ An Arrow in the Forest.
πΏAmicalola Falls, Georgia – Beginning of the Appalachian Trail.πΏ
The other day, I was walking through the beautiful forests of Georgia π³, right at the beginning of the famous Appalachian Trail π₯Ύ, when I came across something that left me speechless: a tree with a trunk bent at a 90-degree angle... and then it rose back up like nothing had happened! π² It literally looked like an arrow pointing to something important. Of course, I took a picture (how could I not?!).
I was with my sister and my brother-in-law, and he was the one who shared a curious fact that sent my imagination soaring:
—“Did you know that Native Americans used to shape trees like this to mark paths or important places?”
—“Excuse me?! How did I not know this!?” π€―
It turns out, these trees aren't just quirky accidents of nature. They're known as trail trees or marker trees. Indigenous peoples like the Cherokee would intentionally shape them when the trees were young and flexible. They’d bend them, tie them down, weigh them... and over time, they’d grow into that peculiar shape. π±
They were like a natural GPS system, long before Google Maps ever existed πΊοΈ. And not just any old tree—these arrow-trees could point toward water, shelter, sacred sites, or travel routes. If you stumbled upon one, it was like it was guiding you, gently whispering: “This way, friend.” ποΈβ‘οΈ
To me, it felt magical β¨. One of those unexpected gifts from the forest that makes you pause, smile, and feel part of something much bigger. π
So, if you ever find yourself hiking through the trails of Georgia or any forest in the eastern United States, and you spot a strange arrow-shaped tree... don’t ignore it! π Maybe you're walking in the footsteps of those who came long before us.
#AmicalolaFalls #TrailTrees #ForestStories #TrailsWithHistory #Appalachians #NatureWithMagic
πΏ An Arrow in the Forest. πΏAmicalola Falls, Georgia – Beginning of the Appalachian Trail.πΏ The other day, I was walking through the beautiful forests of Georgia π³, right at the beginning of the famous Appalachian Trail π₯Ύ, when I came across something that left me speechless: a tree with a trunk bent at a 90-degree angle... and then it rose back up like nothing had happened! π² It literally looked like an arrow pointing to something important. Of course, I took a picture (how could I not?!). I was with my sister and my brother-in-law, and he was the one who shared a curious fact that sent my imagination soaring: —“Did you know that Native Americans used to shape trees like this to mark paths or important places?” —“Excuse me?! How did I not know this!?” π€― It turns out, these trees aren't just quirky accidents of nature. They're known as trail trees or marker trees. Indigenous peoples like the Cherokee would intentionally shape them when the trees were young and flexible. They’d bend them, tie them down, weigh them... and over time, they’d grow into that peculiar shape. π± They were like a natural GPS system, long before Google Maps ever existed πΊοΈ. And not just any old tree—these arrow-trees could point toward water, shelter, sacred sites, or travel routes. If you stumbled upon one, it was like it was guiding you, gently whispering: “This way, friend.” ποΈβ‘οΈ To me, it felt magical β¨. One of those unexpected gifts from the forest that makes you pause, smile, and feel part of something much bigger. π So, if you ever find yourself hiking through the trails of Georgia or any forest in the eastern United States, and you spot a strange arrow-shaped tree... don’t ignore it! π Maybe you're walking in the footsteps of those who came long before us. #AmicalolaFalls #TrailTrees #ForestStories #TrailsWithHistory #Appalachians #NatureWithMagic0 Comments 0 Shares 449 Views 0 ReviewsPlease log in to like, share and comment! -
π² Una flecha en el bosque π²
π Amicalola Falls, Georgia – Inicio del sendero de los Apalaches
El otro día, caminando por los hermosos bosques de Georgia, justo al inicio del famoso sendero de los Apalaches, me encontré con algo que me dejó con la boca abierta: un árbol cuyo tronco estaba inclinado a 90 grados... ¡y luego volvía a subir como si nada! Literalmente parecía una flecha apuntando hacia algo importante. Por supuesto, le tomé una foto (¡cómo no hacerlo!).
Iba con mi hermana y el hermano de mi esposo, y fue él quien me soltó el dato curioso que hizo que mi imaginación volara:
—¿Sabías que los nativos americanos moldeaban los árboles así para marcar caminos o sitios importantes?
¿¡Perdón!? π² ¡¿Cómo no sabía yo esto!?
Resulta que estos árboles no son simples rarezas de la naturaleza. Son conocidos como “trail trees” o árboles marcadores. Los pueblos indígenas, como los Cherokee, los formaban intencionalmente cuando los árboles aún eran jóvenes y flexibles. Los doblaban, los amarraban, les ponían peso… y con el tiempo crecían con esa forma tan peculiar.
Eran su sistema de GPS natural, mucho antes de que existiera Google Maps.
Y no cualquier arbolito: estos “flecha-árboles” podían señalar el camino hacia agua, refugios, lugares sagrados o rutas de viaje. Si te topabas con uno, era como si te guiara y te dijera: “por aquí, amiga”.
A mí me pareció mágico. Uno de esos regalos del bosque que no esperas, pero que te hacen detenerte, sonreír y sentirte parte de algo mucho más grande.
Así que si alguna vez andas por los senderos de Georgia o cualquier bosque del este de Estados Unidos, y ves un árbol extraño con forma de flecha... ¡no lo ignores! Tal vez estás siguiendo los pasos de quienes caminaron esos caminos mucho antes que nosotros.
β¨ ¿Te ha pasado encontrar cosas curiosas en la naturaleza que luego descubriste que tenían un gran significado? ¡Cuéntamelo! Me encantaría leerte.
#TrailTrees #AmicalolaFalls #HistoriasDelBosque #SenderosConHistoria #Apalaches #NaturalezaConMagia0 Comments 0 Shares 309 Views 0 Reviews -
π² Una flecha en el bosque π²
π Amicalola Falls, Georgia – Inicio del sendero de los Apalaches
El otro día, caminando por los hermosos bosques de Georgia, justo al inicio del famoso sendero de los Apalaches, me encontré con algo que me dejó con la boca abierta: un árbol cuyo tronco estaba inclinado a 90 grados... ¡y luego volvía a subir como si nada! Literalmente parecía una flecha apuntando hacia algo importante. Por supuesto, le tomé una foto (¡cómo no hacerlo!).
Iba con mi hermana y el hermano de mi esposo, y fue él quien me soltó el dato curioso que hizo que mi imaginación volara:
—¿Sabías que los nativos americanos moldeaban los árboles así para marcar caminos o sitios importantes?
¿¡Perdón!? π² ¡¿Cómo no sabía yo esto!?
Resulta que estos árboles no son simples rarezas de la naturaleza. Son conocidos como “trail trees” o árboles marcadores. Los pueblos indígenas, como los Cherokee, los formaban intencionalmente cuando los árboles aún eran jóvenes y flexibles. Los doblaban, los amarraban, les ponían peso… y con el tiempo crecían con esa forma tan peculiar.
Eran su sistema de GPS natural, mucho antes de que existiera Google Maps.
Y no cualquier arbolito: estos “flecha-árboles” podían señalar el camino hacia agua, refugios, lugares sagrados o rutas de viaje. Si te topabas con uno, era como si te guiara y te dijera: “por aquí, amiga”.
A mí me pareció mágico. Uno de esos regalos del bosque que no esperas, pero que te hacen detenerte, sonreír y sentirte parte de algo mucho más grande.
Así que si alguna vez andas por los senderos de Georgia o cualquier bosque del este de Estados Unidos, y ves un árbol extraño con forma de flecha... ¡no lo ignores! Tal vez estás siguiendo los pasos de quienes caminaron esos caminos mucho antes que nosotros.
β¨ ¿Te ha pasado encontrar cosas curiosas en la naturaleza que luego descubriste que tenían un gran significado? ¡Cuéntamelo! Me encantaría leerte.
#TrailTrees #AmicalolaFalls #HistoriasDelBosque #SenderosConHistoria #Apalaches #NaturalezaConMagiaπ² Una flecha en el bosque π² π Amicalola Falls, Georgia – Inicio del sendero de los Apalaches El otro día, caminando por los hermosos bosques de Georgia, justo al inicio del famoso sendero de los Apalaches, me encontré con algo que me dejó con la boca abierta: un árbol cuyo tronco estaba inclinado a 90 grados... ¡y luego volvía a subir como si nada! Literalmente parecía una flecha apuntando hacia algo importante. Por supuesto, le tomé una foto (¡cómo no hacerlo!). Iba con mi hermana y el hermano de mi esposo, y fue él quien me soltó el dato curioso que hizo que mi imaginación volara: —¿Sabías que los nativos americanos moldeaban los árboles así para marcar caminos o sitios importantes? ¿¡Perdón!? π² ¡¿Cómo no sabía yo esto!? Resulta que estos árboles no son simples rarezas de la naturaleza. Son conocidos como “trail trees” o árboles marcadores. Los pueblos indígenas, como los Cherokee, los formaban intencionalmente cuando los árboles aún eran jóvenes y flexibles. Los doblaban, los amarraban, les ponían peso… y con el tiempo crecían con esa forma tan peculiar. Eran su sistema de GPS natural, mucho antes de que existiera Google Maps. Y no cualquier arbolito: estos “flecha-árboles” podían señalar el camino hacia agua, refugios, lugares sagrados o rutas de viaje. Si te topabas con uno, era como si te guiara y te dijera: “por aquí, amiga”. A mí me pareció mágico. Uno de esos regalos del bosque que no esperas, pero que te hacen detenerte, sonreír y sentirte parte de algo mucho más grande. Así que si alguna vez andas por los senderos de Georgia o cualquier bosque del este de Estados Unidos, y ves un árbol extraño con forma de flecha... ¡no lo ignores! Tal vez estás siguiendo los pasos de quienes caminaron esos caminos mucho antes que nosotros. β¨ ¿Te ha pasado encontrar cosas curiosas en la naturaleza que luego descubriste que tenían un gran significado? ¡Cuéntamelo! Me encantaría leerte. #TrailTrees #AmicalolaFalls #HistoriasDelBosque #SenderosConHistoria #Apalaches #NaturalezaConMagia0 Comments 2 Shares 576 Views 0 Reviews -
π³β¨ Caminata mágica (y un poquito cómica) por el bosque β¨π³
Hoy salí a caminar por el bosque y fue como entrar en un cuento... versión mía, claro π.
Los pajarillos cantaban como si me estuvieran dando la bienvenida —no sé si era un coro celestial o solo estaban felices de verme sin celular en mano. πΆποΈ
De pronto, entre los árboles, apareció un venadito chiquitito, comiendo ramitas con esa calma que solo la naturaleza sabe tener. Nos miramos... y juro que me saludó con los ojitos. ππ¦
Pero lo mejor fue una ardillita descarada que decidió que yo era su compañera de excursión. Me siguió buena parte del camino, como si me conociera desde siempre. Tal vez pensó que llevaba nueces escondidas... o que necesitaba guía espiritual. πΏοΈπ
Y entre canto, mirada y patitas correteando, me detuve a meditar...
Respiré profundo, sentí el sol filtrándose entre las hojas, el corazón liviano y el alma agradecida.
¡Qué maravilla es Dios!
Tan creativo, tan presente, tan detallista con sus regalos. Me habla en cada hoja, en cada rama, en cada criatura.
πΏ Hoy la naturaleza fue mi templo. Y Dios, como siempre... mi fiel compañero de camino. ππ«
Dra. Suzanna Vallejo-Feather
email: susana@suzannafeather.comπ³β¨ Caminata mágica (y un poquito cómica) por el bosque β¨π³ Hoy salí a caminar por el bosque y fue como entrar en un cuento... versión mía, claro π. Los pajarillos cantaban como si me estuvieran dando la bienvenida —no sé si era un coro celestial o solo estaban felices de verme sin celular en mano. πΆποΈ De pronto, entre los árboles, apareció un venadito chiquitito, comiendo ramitas con esa calma que solo la naturaleza sabe tener. Nos miramos... y juro que me saludó con los ojitos. ππ¦ Pero lo mejor fue una ardillita descarada que decidió que yo era su compañera de excursión. Me siguió buena parte del camino, como si me conociera desde siempre. Tal vez pensó que llevaba nueces escondidas... o que necesitaba guía espiritual. πΏοΈπ Y entre canto, mirada y patitas correteando, me detuve a meditar... Respiré profundo, sentí el sol filtrándose entre las hojas, el corazón liviano y el alma agradecida. ¡Qué maravilla es Dios! Tan creativo, tan presente, tan detallista con sus regalos. Me habla en cada hoja, en cada rama, en cada criatura. πΏ Hoy la naturaleza fue mi templo. Y Dios, como siempre... mi fiel compañero de camino. ππ« Dra. Suzanna Vallejo-Feather email: susana@suzannafeather.com0 Comments 0 Shares 560 Views 0 Reviews -
Hay algo profundamente sanador en encontrarme con la naturaleza. Es como si, al caminar entre árboles y montañas, mi alma recordara quién es. Me relaja, me reconforta… me regresa a casa.
Cada paso que doy no solo ejercita mi cuerpo, también mi mente se aclara y mi espíritu se expande. Es un momento de conexión con Dios, donde el silencio se llena de respuestas y la calma se vuelve sagrada.
Mientras d[abamos pasos, sentí cómo cada uno soltaba un pensamiento, una preocupación… y en su lugar, llegaba la paz. Fue como una oración en movimiento, como si Dios me dijera: “Aquí estás segura, aquí estás viva.”
Y cuando esa experiencia se comparte con personas que uno ama —como mi hermana, mi cuñado o mi papá— se vuelve aún más especial. Las risas, las conversaciones, el simplemente estar… todo se transforma en recuerdos que se quedan grabados para siempre.
Hacer hiking no es solo una actividad. Para mí, es un ritual de amor, de conexión y de vida.Hay algo profundamente sanador en encontrarme con la naturaleza. Es como si, al caminar entre árboles y montañas, mi alma recordara quién es. Me relaja, me reconforta… me regresa a casa. Cada paso que doy no solo ejercita mi cuerpo, también mi mente se aclara y mi espíritu se expande. Es un momento de conexión con Dios, donde el silencio se llena de respuestas y la calma se vuelve sagrada. Mientras d[abamos pasos, sentí cómo cada uno soltaba un pensamiento, una preocupación… y en su lugar, llegaba la paz. Fue como una oración en movimiento, como si Dios me dijera: “Aquí estás segura, aquí estás viva.” Y cuando esa experiencia se comparte con personas que uno ama —como mi hermana, mi cuñado o mi papá— se vuelve aún más especial. Las risas, las conversaciones, el simplemente estar… todo se transforma en recuerdos que se quedan grabados para siempre. Hacer hiking no es solo una actividad. Para mí, es un ritual de amor, de conexión y de vida.0 Comments 1 Shares 693 Views 0 Reviews -
Hoy me levanté con el espíritu de una jardinera profesional… o al menos eso pensé. Súper emocionada, me puse manos a la obra con mi hortaliza. Limpié, removí la tierra, y la fertilicé con mi propio compost (sí, ¡ese que hago con amor, cáscaras y mucha paciencia!). Ya me sentía como la reina del huerto, cuando de repente… chan chan chaaaan… ¡la lluvia decidió hacer su gran entrada triunfal!
Aunque en el fondo ya sospechaba que venía (esas nubes no eran precisamente disimuladas), decidí seguir, porque tengo la teoría comprobada —científicamente por mí misma— de que mis plantas crecen como locas después de la lluvia. Es como si del cielo cayera Red Bull para vegetales. Así que, ni corta ni perezosa, seguí sembrando bajo la lluvia, como protagonista de un videoclip de los 90.
Y ahí estaba yo, empapada, con la cara llena de tierra, sintiendo las gotas recorrer mi rostro… ¡hacía años que no vivía algo así! Fue como viajar en el tiempo, directo a mi adolescencia. Entre plantitas, barro y recuerdos, también floreció la ilusión.
Corrí a terminar mi siembra, riéndome sola como niña traviesa… y justo cuando puse la última planta en su nuevo hogar: ¡la lluvia paró! Así, sin más. Como diciendo: “Ya terminé mi parte, te toca secarte”.
Y volví a casa con el corazón lleno, los pies embarrialados y una sonrisa que no se me quita. Porque sí… a veces la vida nos riega a nosotras también π§οΈπ±π
Susana FeatherHoy me levanté con el espíritu de una jardinera profesional… o al menos eso pensé. Súper emocionada, me puse manos a la obra con mi hortaliza. Limpié, removí la tierra, y la fertilicé con mi propio compost (sí, ¡ese que hago con amor, cáscaras y mucha paciencia!). Ya me sentía como la reina del huerto, cuando de repente… chan chan chaaaan… ¡la lluvia decidió hacer su gran entrada triunfal! Aunque en el fondo ya sospechaba que venía (esas nubes no eran precisamente disimuladas), decidí seguir, porque tengo la teoría comprobada —científicamente por mí misma— de que mis plantas crecen como locas después de la lluvia. Es como si del cielo cayera Red Bull para vegetales. Así que, ni corta ni perezosa, seguí sembrando bajo la lluvia, como protagonista de un videoclip de los 90. Y ahí estaba yo, empapada, con la cara llena de tierra, sintiendo las gotas recorrer mi rostro… ¡hacía años que no vivía algo así! Fue como viajar en el tiempo, directo a mi adolescencia. Entre plantitas, barro y recuerdos, también floreció la ilusión. Corrí a terminar mi siembra, riéndome sola como niña traviesa… y justo cuando puse la última planta en su nuevo hogar: ¡la lluvia paró! Así, sin más. Como diciendo: “Ya terminé mi parte, te toca secarte”. Y volví a casa con el corazón lleno, los pies embarrialados y una sonrisa que no se me quita. Porque sí… a veces la vida nos riega a nosotras también π§οΈπ±π Susana Feather0 Comments 0 Shares 1K Views 0 Reviews -
A veces, para encontrar la paz, solo necesitamos sumergirnos…
…sumergirnos no solo en el agua, sino también en un estado profundo, sereno, silencioso…
donde todo lo externo se desvanece… y solo queda tu respiración… suave… rítmica…
como un susurro que te conecta con la vida misma.
Recuerdo ese instante en Guanacaste, Costa Rica…
el sonido envolvente de mi respiración fluyendo a través del tubo…
ese latido pausado que parecía surgir desde el fondo del océano…
y esa gran tortuga que nadaba con tal calma…
como si el tiempo no tuviera prisa…
como si me recordara que todo… absolutamente todo…
puede moverse con gracia… si estamos en sintonía con el momento presente.
Las plantas marinas danzaban suavemente…
obedeciendo la corriente sin resistirse, confiando, fluyendo…
y yo, por primera vez en mucho tiempo,
me sentí parte de algo más grande…
un mundo distinto… perfecto…
indescriptible… y sagrado.
Y quizás tú también, ahora… al cerrar los ojos,
puedas imaginarte allí…
respirando profundamente… sintiendo paz…
dejando que tu mente flote suavemente…
hacia ese lugar donde todo se aquieta…
y solo existe la conexión… contigo… con Dios… con la Tierra.
Porque la naturaleza…
no solo nos muestra belleza…
nos enseña a detenernos…
a agradecer…
a cuidar el único hogar que tenemos.
Y tal vez, solo tal vez…
ya es hora de volver a sumergirse.
Susana Vallejo-FeatherA veces, para encontrar la paz, solo necesitamos sumergirnos… …sumergirnos no solo en el agua, sino también en un estado profundo, sereno, silencioso… donde todo lo externo se desvanece… y solo queda tu respiración… suave… rítmica… como un susurro que te conecta con la vida misma. Recuerdo ese instante en Guanacaste, Costa Rica… el sonido envolvente de mi respiración fluyendo a través del tubo… ese latido pausado que parecía surgir desde el fondo del océano… y esa gran tortuga que nadaba con tal calma… como si el tiempo no tuviera prisa… como si me recordara que todo… absolutamente todo… puede moverse con gracia… si estamos en sintonía con el momento presente. Las plantas marinas danzaban suavemente… obedeciendo la corriente sin resistirse, confiando, fluyendo… y yo, por primera vez en mucho tiempo, me sentí parte de algo más grande… un mundo distinto… perfecto… indescriptible… y sagrado. Y quizás tú también, ahora… al cerrar los ojos, puedas imaginarte allí… respirando profundamente… sintiendo paz… dejando que tu mente flote suavemente… hacia ese lugar donde todo se aquieta… y solo existe la conexión… contigo… con Dios… con la Tierra. Porque la naturaleza… no solo nos muestra belleza… nos enseña a detenernos… a agradecer… a cuidar el único hogar que tenemos. Y tal vez, solo tal vez… ya es hora de volver a sumergirse. Susana Vallejo-Feather0 Comments 0 Shares 993 Views 0 Reviews -
El Bosque Terapéutico
Dicen que el gimnasio es bueno para el cuerpo, pero yo prefiero mi gimnasio favorito: ¡el parque! Ahí entreno mis piernas con caminatas, mis pulmones con aire fresco y mi mente con una rutina de despeje total.
Entro en modo zen, inhalo… exhalo… y de repente, un pajarito me recuerda que la naturaleza también tiene su playlist. Los árboles susurran, las hojas bailan y hasta las ardillas parecen animarme: “¡Vamos, tú puedes! ¡Un paso más y te damos un premio imaginario!”
Mientras tanto, los pensamientos huyen despavoridos. ¡Hoy no hay espacio para el estrés, solo para la calma! Porque en cada paso no solo muevo mi cuerpo, sino que dejo atrás las preocupaciones. Y así, cuando regreso a casa, mi alma está tan ligera que hasta siento que podría flotar. πΏβ¨El Bosque Terapéutico Dicen que el gimnasio es bueno para el cuerpo, pero yo prefiero mi gimnasio favorito: ¡el parque! Ahí entreno mis piernas con caminatas, mis pulmones con aire fresco y mi mente con una rutina de despeje total. Entro en modo zen, inhalo… exhalo… y de repente, un pajarito me recuerda que la naturaleza también tiene su playlist. Los árboles susurran, las hojas bailan y hasta las ardillas parecen animarme: “¡Vamos, tú puedes! ¡Un paso más y te damos un premio imaginario!” Mientras tanto, los pensamientos huyen despavoridos. ¡Hoy no hay espacio para el estrés, solo para la calma! Porque en cada paso no solo muevo mi cuerpo, sino que dejo atrás las preocupaciones. Y así, cuando regreso a casa, mi alma está tan ligera que hasta siento que podría flotar. πΏβ¨0 Comments 0 Shares 1K Views 0 Reviews -
Hay momentos en los que la naturaleza nos susurra su magia... πΏβ¨
Mientras camino inmertsa por el bosque, encuentro tantas maravillas como este pequeño riachuelo. Me detengo, cierro los ojos y dejo que el sonido del agua me envuelva. En ese instante, todo se detiene. No hay prisa, solo la paz de estar presente, de sentir la brisa, de escuchar la melodía del agua fluir.
La naturaleza tiene una forma especial de recordarme lo esencial: respirar profundo, soltar preocupaciones y simplemente ser. π
Si pudieras sumergirte en este instante , ¿Qué sentirías?Hay momentos en los que la naturaleza nos susurra su magia... πΏβ¨ Mientras camino inmertsa por el bosque, encuentro tantas maravillas como este pequeño riachuelo. Me detengo, cierro los ojos y dejo que el sonido del agua me envuelva. En ese instante, todo se detiene. No hay prisa, solo la paz de estar presente, de sentir la brisa, de escuchar la melodía del agua fluir. La naturaleza tiene una forma especial de recordarme lo esencial: respirar profundo, soltar preocupaciones y simplemente ser. π Si pudieras sumergirte en este instante , ¿Qué sentirías?2 Comments 0 Shares 696 Views 13 0 Reviews -
Soy amante de la naturaleza porque, entre todas las maravillas que Dios nos da, ella tiene el don de calmar mi alma como nada más lo hace. πΏπ¦ Aquí estoy, en plena aventura, retomando una de esas experiencias que llenan mi espíritu: ¡descendiendo una catarata! Y no es solo el contacto con la naturaleza, es la sensación de estar completamente inmersa en ella, de formar parte de su energía pura y vibrante.
Esto no solo me llena de calma, sino que también me recarga de vida. Es como una dosis instantánea de felicidad y adrenalina en el mejor equilibrio posible. πβ¨ Ahora que la primavera está por comenzar, ¡es el momento perfecto para hacer realidad esos planes de exploración que tengo en mente! Quiero descubrir los rincones de este hermoso lugar en el que vivo y seguir dejando que la naturaleza haga su magia en mí. πΏπ
¿Quién más está listo para una aventura primaveral? ππSoy amante de la naturaleza porque, entre todas las maravillas que Dios nos da, ella tiene el don de calmar mi alma como nada más lo hace. πΏπ¦ Aquí estoy, en plena aventura, retomando una de esas experiencias que llenan mi espíritu: ¡descendiendo una catarata! Y no es solo el contacto con la naturaleza, es la sensación de estar completamente inmersa en ella, de formar parte de su energía pura y vibrante. Esto no solo me llena de calma, sino que también me recarga de vida. Es como una dosis instantánea de felicidad y adrenalina en el mejor equilibrio posible. πβ¨ Ahora que la primavera está por comenzar, ¡es el momento perfecto para hacer realidad esos planes de exploración que tengo en mente! Quiero descubrir los rincones de este hermoso lugar en el que vivo y seguir dejando que la naturaleza haga su magia en mí. πΏπ ¿Quién más está listo para una aventura primaveral? ππ0 Comments 0 Shares 1K Views 0 Reviews -
Momento del Cambio Digital New$6Este manual tiene como propósito ayudarte a establecer
objetivos claros, organizar tus acciones de manera efectiva y
evaluar tu progreso. A lo largo de este recorrido, descubrirás
herramientas prácticas y reflexiones que te permitirán
obtener resultados tangibles y disfrutar de una vida más
equilibrada y satisfactoria.
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