LA VIDA DEPENDE DE TI

Hoy , como es costumbre salí a caminar, ejercitando mi cuerpo pero más mi espíritu. Observando la naturaleza y leyendo mi interior pude entender por qué hay personas calmas y otras no. Todo depende primeramente de nosotros mismos, pero es muy importante el entorno.

Caminando en medio de esa naturaleza no encuentro sitio para el estrés o las preocupaciones. Respiro el aire fresco que entra en mi junto con una energía sanadora. Este contacto con la naturaleza me provoca soñar. Sueño con un mundo sano, sueño con personas felices, a la vez entiendo que vivimos inmersos en problemas económicos, políticos, ambientales, también emocionales. Sin embargo analizo y puedo estar segura que eso no es realmente el mundo, si comienzo a enfocarme en el lado opuesto, observo que hay más personas felices, que tristes; más personas honestas de las que no; más sitios hermosos y llenos de paz que los que son hostíles y sombríos.

Pero depende solo de mi volver la vista hacia un lugar u otro. Depende únicamente de mi escoger quienes me rodean, me gobiernan, qué sitios me hacen bien, cuales no y en qué puedo colaborar para cambiar lo que no está bien.

Muchos van por el mundo estresados, tienen prisa, no les gusta el sitio donde están, sus lugares trabajo, sus relaciones; a la vez temen hacer cambios y la vida sigue igual.

De cada quien depende hacer sus días distintos. Personas que viven en sitios espectaculares, rodeadas de naturaleza pero viven encerradas en sus casas, no disfrutan los rayos del sol, no disfrutan el verdor de los árboles, la brisa fresca acariciando el rostro, el trinar de algún pajarillo.

Tantas cosas que tenemos, las tenemos al alcance y son para quien las quiera. Pero se sufre porque no se tiene más de lo material que ya se tiene. Se sufre porque se está solo cuando podemos rodearnos de personas si salimos del encierro, en ocasiones ese encierro puede ser incluso emocional.

Se sufre porque se descompuso el auto, pero no nos alegramos porque tenemos uno. O quizás, gracias a que hoy tuve que tomar el bus o el tren, tuve la oportunidad de interactuar con nuevas personas, escuchar lo que tienen que decir y aprender de ellas. Todos tenemos historias interesantes.

Sin embargo observamos en un parque, en medio de la ciudad que nos muestra su verdor, como por allá va alguien corriendo, su cara dice lo desesperada que se encuentra porque va tarde para su destino. Por otro lado va un niño llorando de la mano de su padre porque no alcanza dar pasos grandes para seguir el ritmo de quién lo lleva rápidamente al jardín de niños sin importar que el niño se ha cansado. Un grupo de estudiantes camina con prisa repasando lo que pronto les entrará en el examen que empieza en unos minutos. No sonríen, todos tienen prisa, no hay tiempo más que para preocupaciones.

Nadie tiene tiempo para detenerse a observar que ese sitio donde pasan todos los días tiene muchas flores amarillas y rojas, los árboles están verdes y despiden frescura. Nadie escucha los pocos pájaros que encierra la bulliciosa ciudad.

¿Qué ocurriría si cada quien se detuviera un minuto y eliminara todo ese ruido de los pitos y motores de los carros, de los insultos que da alguien a un motociclista que se atravesó de repente en medio del denso tráfico?

¿Qué ocurriría si se elimina ese ruido mental que nos dice que no podemos tener lo que deseamos porque no somos capaces o merecedores?

¿Qué ocurriría si hacemos un alto en el camino a nuestro destino para pensar en lo dichoso que se es teniendo la oportunidad de pasar cada día por un lugar tan fresco en medio de tanto "trajín"?

¿Qué sucedería si nos olvidáramos de todo y empezáramos a recordar que estamos aquí?

Qué pasaría si empezamos a recordar quienes somos, dónde estamos y para qué?

Estamos aquí y nuestro deber es ser felices, es una obligación ser feliz consigo mismo. Es nuestra obligación dedicarnos ratos de ocio, es nuestra obligación mantenernos sanos, es nuestra obligación permanecer activos. La televisión no nos ayuda en nada, nos distrae de detalles importantes de la vida. El no vivir nos hace daño.

¿Para qué es la vida sino para vivirla y disfrutarla?

Muchas personas no cuidan su cuerpo, se enferman, se lamentan, pero no hacen nada por mejorar. Y hacen su propósito de año nuevo pero en un par de semanas lo han dejado de lado, o quizás simplemente como saben que no van a cumplir ni siquiera se formulan un propósito. Nada cambia.

Cada mañana al despertar da gracias por el día que inicia, levántate con ánimo, haz alguna actividad física, escucha música alegre, baila, toma una ducha, canta si es lo te agrada, empieza tu día con energía. Usa tu mejor perfume, no lo dejes para una ocasión especial, esa ocasión es hoy, huele rico para ti mismo, vístete agradable aunque no vayas a salir o mejor aún, vístete y sal, hazlo por ti. Trátate bien frente al espejo, con cariño, medita y conéctate con tu interior porque justo ahí es donde encontrarás tu verdadero ser, tu escencia. Es ahí donde habita ese ser superior, lo llames como lo llames, creas en lo que creas. Él es sabio, por lo tanto ahí encontarás todas las respuestas que buscas. Si necesitas coraje, sabiduría, amorosidad, ahí hallarás todo el potencial que vive en ti.

Te asombrarás cuando encuentres quien eres realmente junto con todas las herramientas valiosas que posees y que no has usado por mucho tiempo, o quizás nunca las hayas utilizado porque no sabes que las posees.

Empieza a vivir como quieres vivir, has que tus sueños se conviertan en realidad. Sueña, sueña, no te canses de soñar, cree y pronto estarás donde mereces estar. Aunque no se trata solo de soñar, debes empezar a tomar acción, comenzar a caminar, a dar pasos hacia esa meta, poco a poco te irás acercando a ella hasta lograr alcanzarla. Ponle emoción a la vida, celebra cada paso que das, disfrútalo, carcajéate, camina sonriendo aunque tengas situaciones difíciles, triunfa.

Quien espera pero no toma acción, no va a ningún lado. Estás enfermo, te lamentas pero no haces nada por mejorar, nunca vas a sanar. Quieres bajar de peso pero pasas el día entero viendo la televisión; quieres conocer personas pero no sales de tu casa; quieres viajar y conocer el mundo cuando ni siquiera tu barrio conoces porque te encierras, aun así pretendes que las cosas cambien por sí solas.

Haz cambios, poco a poco, cada paso que das te llenará de una energía que te impulsará a dar el siguiente paso. Es tu responsabilidad estar sano, debes alimentarte bien y hacer actividad física; es tu responsabilidad ser feliz, debes cuidar tus pensamientos y emociones; es tu responsabilidad ser abundante, cuida tus finanzas y bienes y recuerda dar a otros. En la medida que das, recibirás. Es tu responsabilidad tener buena compañía, escoge a quienes te rodean. Es tu responsabilidad disfrutar la vida, vívela, escoge donde trabajar, donde vivir, tus amistades, tú entorno.

Haz las cosas porque las disfrutas, no porque tengas que hacerlas, si las tienes que hacer cámbialas por las que quieres hacer. No hagas cosas por alguien sólo por miedo a que se vaya, hazlas porque te sientes bien, sé complaciente primero contigo de esa formas serás capaz de complacer a alguien sin que te manipule.

Has que cuando camines por ahí muestres una energía que provoque ir a conocerte o saludarte, no esa de perdedor o de "pobrecito" que roba la energía de cualquiera. Si sientes que tu mundo se cae, muévete, bríndale tu mejor cara y verás que las cosas comienzan a cambiar. No veas problemas porque en realidad no lo son, no son más que situaciones por resolver o por aceptar.

¡Qué hermosa energía nos brinda el simple contacto con la naturaleza! ¡Qué hermosa energía da la simple aceptación! ¡Qué gran energía proporciona el progreso cuando tomo acción!

Una energía con la que quisiera contagiar a todos para que así logren alcanzar el éxito y la felicidad.

Dra. Suzanna Vallejo
Life Coach

image